lunes, 12 de noviembre de 2007

GRIETAS

Nunca me terminará de sorprender el muro de mi casa: viejo y dañado, perosobre todo, esa grieta que se agrava conel paso de los años. ¿Qué querrá decir?¿Qué verdad esconderá?
Con el muro viví desde pequeña y no meatrevería jamás a destruirlo; las diferentes estaciones maltrataron mi muro.
Su desolador panorama me hizo aceptarmuchas veces herramientas insuficientespara recomponerlo: todo aquello sólo le aseguraban un maltrato mayor.
Casi siempre el miedo a la soledad noshace aceptar el momento fugaz que otroser nos regala sin pensar en aquello quese quiere o necesita para ser feliz. Unamezcla homogénea de soledad y amorpropio forman parte de la reconstrucción.

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